domingo, 27 de mayo de 2018

Provocado por la rueda de prensa de esa persona a la que alguna gente votó

"¿Tú qué esperas de la vida?" era la pregunta que siempre nos hacía mi madre a mi hermana y a mí cuando éramos pequeños cada vez que rompíamos o perdíamos algo, suspendíamos (bueno, lo de suspender lo capitalizaba yo) o como reacción a cualquier otra idea peregrina con predecibles consecuencias que tuviéramos entre manos y que no respondiera a los parámetros lógicos y cartesianos del mundo adulto en general. Ahora ya no nos la hace, a lo mejor lo sigue pensando pero ya no nos hace la pregunta, ha desistido. Que es más o menos lo que ha hecho el país entero. La diferencia entre lo que hacen los trabajadores de RTVE cada día (exteriorizándolo cada viernes en forma de luto) y lo que hace el resto de España es de una letra únicamente: ellos lo que hacen es resistir y el resto estamos más en lo de desistir desde hace algún tiempo.


Esa persona que solía huir despavorida cuando se le acercaba un periodista o, haciendo un exceso, aparecer en forma de simulación a través de una pantalla de plasma situada en una sala próxima (realidad virtual de mercadillo), de repente tiene una pataleta porque aquellos que ayer aprobaron sus presupuestos le piden hoy que se vaya, que convoque elecciones o le presentan una moción de censura a raíz de esa sentencia que todos tenemos en mente, le piden que haga algo para variar, cualquier cosa. Y sale todo ofendido, con una expresión de contrariedad mal ensayada a quejarse porque le han quitado el paraguas cuando estaba lloviendo, él lo había dejado tirado en una plaza justo al empezar a llover y resulta que vuelve a por él media hora después y el paraguas ya no está. Si mi madre hubiera estado en esa rueda de prensa (y tuviera un atisbo de esperanza depositada en la clase política actual) seguro que se le habría escapado un "¿tú qué esperas de la vida?".


Esa persona a la que me refiero no parece tener la más mínima intención de irse nunca, ni por la sentencia ni por nada. El "melasudismo" que acuñó Jabois alcanzó la semana pasada su máxima expresión y yo iba a decir que no salgo de mi asombro pero lo peor es que ya he perdido la capacidad de sorpresa, yo también he desistido y no espero nada de esa persona a la que alguna gente votó supongo que creyendo en su ingenuidad que haría algo, desconociendo que el hecho de no hacer nada para él ya es algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario