lunes, 11 de junio de 2018

Provocado por la cutrez y la falta de respeto al arte en general

El libro es del 2010 pero no sé si hemos avanzado mucho en este aspecto. Juan Abarca (Mamá Ladilla, Engendro) escribe en Simpatía por el relato (Editorial Drakul) lo siguiente: "no se puede obviar que vivimos en un país, digámoslo ya, cutre. Muy, muy cutre. Un plomizo entorno en el que, si algo se puede hacer un poquito peor, se hace. Y si no, al menos se intenta". En este relato confecciona un irónico manual del que extraigo un par de ejemplos orientado a organizadores de festivales describiendo el terrorífico panorama al que se enfrenta un músico cuando llega a un festival de rock de tamaño pequeño o mediano en un pueblo cualquiera de la geografía patria.





Pues este viene siendo el panorama y me temo que experiencias similares podrían encontrarse en otros estilos y contextos, tal drama no queda circunscrito al rock ni a los festivales de verano. No sé si es soberbia, desidia, una mezcla de ambas o simple desprecio sistemático por toda manifestación cultural debido a una ignorancia enquistada que se sustenta en tópicos y prejuicios.

¿Empezamos a tomarnos en serio a nosotros mismos de una vez? ¿O van a tener que venir otros a decirnos lo buenos que son nuestros artistas para que nos lo creamos igual que vienen a explicarnos nuestra Historia y nuestra Literatura?

Ahora que parece que la Cultura vuelve a merecer un ministerio que se encargue de cuidarla, sin que nadie espere gran cosa de su ministro, vamos a ver si nos sorprende y hace algo el mucho o poco tiempo que dure en el cargo.