lunes, 23 de diciembre de 2013

Provocado por La Llamada

Me gustan los musicales, cada uno tiene lo suyo, en fin. Me gustan los grandes y los que tienen un presupuesto bastante más reducido. Y me gustan porque suelen ser un pretexto para recordar canciones.

Hacía bastante tiempo que no me reía tanto con una obra de teatro y "La Llamada" consiguió arrancarme ayer bastantes carcajadas (que tampoco es muy difícil, uno es de risa fácil). Me acordé de Nelly Blue, otro musical de bajo presupuesto sobre las canciones de Nino Bravo que también me gustó mucho hace unos años.  

Me gustó mucho el "lo hacemos y ya vemos", me parece un buen lema.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Provocado por las derechas y las pérdidas

Venía yo en la bici pensando que de pequeño me costó mucho aprender a distinguir entre la derecha y la izquierda, tenía mis dudas acerca de que mi mano derecha continuara siéndolo al dar media vuelta. Finalmente mis padres me acabaron convenciendo un fin de semana de que mi mano derecha siempre lo sería independientemente de cuál fuera mi posición en el espacio.

También he recordado el sentimiento de pérdida horrible al olvidar en cualquier parte por primera vez esa pelota de tenis con la que has pasado toda la tarde jugando o cuando se te cae un coche de juguete por el hueco de una alcantarilla y te das cuenta de que su recuperación es imposible, esas primeras pérdidas a las que seguirán infinitas más.

Desconozco el motivo de ambos recuerdos, a lo mejor tiene algo que ver que el Papa haya dicho que nunca fue de derechas y el pony de color rosa y rubia crin que he visto tirado en el asfalto. A lo mejor no, puede que sea sólo un reflejo de otras pérdidas y otras confusiones.

Como contrapunto un encuentro: "Heartbreaker" y "Ashes & Fire" de Ryan Adams. Dos discos que me encantan y que llevo unas cuantas semanas oyendo casi a diario.

lunes, 1 de abril de 2013

Provocado por Wonderwall

El verano pasado estaba viendo un partido de baloncesto en la tele, uno de las olimpiadas de Londres. Había un descanso por un tiempo muerto o el final de un cuarto y por la megafonía del polideportivo de turno empezó a sonar Wonderwall de Oasis. Todo el público empezó a cantarla y cuando el juego se reanudó y la canción dejó de sonar, el público siguió cantándola durante más de veinte segundos. Me da igual que los críticos digan que el grupo era tirando a malo, ese hecho, ese público de un partido de baloncesto cantando durante veinte segundos porque le apetece y porque tiene tan interiorizada la letra de la canción que no puede evitarlo pone de manifiesto que Wonderwall es un himno.

Escribo esto mientras suena Dallas-Memphis, la primera canción de Delantera Mítica que escuché sin saber todavía su título y que ha puesto de acuerdo a toda la crítica señalándola como la mejor canción del disco, otro himno con metáforas perfectas, cargado de imágenes como la de la mesura luchando con la furia más visceral, la de la incomprensión por parte de los que te rodean, la de la retirada de un campo de batalla en el que enseñaste tu bandera blanca, la de quien se va sin molestarse en apagar la luz del garaje dejando tras de sí la soledad de un tipo que ve un partido de baloncesto en la tele al final de un rastro de confeti.

Llevo casi un mes y medio escuchando Delantera Mítica diariamente y sigue poniéndome los pelos de punta. Creo que todavía no somos conscientes de lo bueno que es el disco, de lo bueno que es Quique y de lo poco que se valora muy injustamente a César Pop.

martes, 19 de marzo de 2013

Provocado por Tarantino

Soy bastante fan de Tarantino y hoy me he acordado de una expresión que aparece por lo menos en dos de sus películas: Pulp Fiction y Jackie Brown. Dicha expresión es "He put himself in a situation..." y suele ir seguida de la justificación de algún asesinato o cualquier otro acto chusco de los que suelen poblar sus historias. Es un eufemismo que me gusta. Y otra cosa que me ha gustado hoy ha sido este artículo:

http://blogs.publico.es/davidtorres/2013/03/19/la-estrategia-del-avestruz/

La simulación es muy habitual en el mundo laboral: hay gente que simula que trabaja, empresas que simulan que son honradas, reuniones simuladas, controles medioambientales que simulan llevarse al día si acecha una auditoría. 

sábado, 12 de enero de 2013

Provocado por La Parroquia del Monaguillo

Hacía muchos años, puede que casi veinte que no me reía tanto con un programa de radio. Lo descubrí hace menos de dos años y, aunque únicamente lo escucho cuando no puedo dormir, nunca falla. Se agradece que un par de locutores cachondos, la risa contagiosa de Gemma y una serie de oyentes asiduos (especialmente Juan El Gitanillo) te hagan reír a carcajada limpia a las tres de la mañana, sobre todo cuando tienes un gripazo que te hace sudar como si estuvieras corriendo la San Silvestre y la fiebre no te deja pegar ojo.

Muy recomendable en estos tiempos en los que están pasando cosas muy feas (como dijo Pucho en uno de los conciertos de Vetusta Morla que hicieron en el Circo Price). Y me temo que seguirán pasando muchas más.

domingo, 6 de enero de 2013

Provocado por Doctor en Alaska

Estos días estoy volviendo a ver (y me paso tardes enteras haciéndolo) la serie Doctor en Alaska (Northern Exposure). La vi a trozos en su día durante los veranos, con los capítulos y temporadas mezclados y a las tantas de la madrugada en La 2 cuando creo que todavía se llamaba la Segunda Cadena de Televisión Española. Como se veían las series buenas antes en España, bien marginadas a deshoras en la cadena minoritaria, el "prime time" en la Primera ya estaba ocupado por José Luis Moreno o por una vaquilla con el de la capa y cosas así.

Me sigue pareciendo una serie buenísima y muy original, comparte con Los Soprano (otra serie imprescindible) una selección musical exquisita (es lo único que comparte porque por lo demás son antagónicas). Hace unos años lanzaron una recopilación de todas las temporadas y la vendían en un baúl, tenía buena pinta pero leí que no habían incluido las canciones originales, no habían respetado la banda sonora que acompaña a cada capítulo tal y como se emitió en su momento por cuestiones de derechos de autor y discográficas, esos asuntos turbios. Por eso me decanté por comprarle los DVDs a un tipo que resultó ser pastor protestante y los tenía grabados de su emisión en una televisión canadiense. Gracias a lo cual he descubierto que Maggie tiene una voz muy sugerente, como toda ella en general.

En Doctor en Alaska puedes ver a sus protagonistas en el bosque escuchando a los árboles, puede caerle un satélite al novio de Maggie y fundirse con su cabeza, Chris puede sentir la necesidad de construir una catapulta para lanzar un piano, puede aparecer en una carretera un hombre que normalmente es un oso o un perro en el que parece haberse reencarnado un hombre. La presencia de los espíritus es algo habitual, la novia del dueño del bar (y a la vez alcalde) podría ser su nieta por su diferencia de edad y todo ello se acepta de un modo natural y sin sobresaltos por todo el pueblo a excepción del doctor llegado de Nueva York a esas tierras que al principio le parecen inhóspitas pero a las que poco a poco va encontrando su gracia. 

Para mí el personaje que hace de esta serie algo único es Chris. Locutor de radio, filósofo autodidacta que pasó un año del que no recuerda nada y que le llevó a la cárcel, maestro de ceremonias varias (bodas inclusive), cleptómano ocasional en primavera, vive en una caravana junto a un lago y se autodeclaró persona de color a pesar de ser blanco.

Es una serie en la que no todo el mundo es igual de guapo ni tiene una formación similar ni siquiera un nivel intelectual parecido, cada uno de ellos por separado tiene evidentes carencias pero aportan cada uno su punto de vista una vez unidos en una comunidad. Y dichos puntos de vista suelen debatirse y respetarse, de igual modo que respetan el entorno natural en el que se encuentran. 

Esta diversidad que alberga es una de las razones por las que considero que se trata de una serie especial. Una pequeña decepción: he descubierto que no se rodó en Alaska, se grabó en un pueblo cercano a Seattle que se llama Roslyn. 

sábado, 5 de enero de 2013

Provocado por Luigi Zampa

Sucede que vivo a dos calles de la Filmoteca y soy espectador habitual desde que me enteré porque me permite descubrir películas que antes ponía La 2 a partir de las once de la noche (y ahora ni eso) a un precio de risa comparado con los ocho eurazos y pico que viene costando una entrada de cine últimamente. En ella he visto tres películas de Luigi Zampa que son de rabiosa actualidad pese a tener las tres más de cuarenta años.

La primera fue Processo alla città (1952) en la que se glosa la lucha de un juez por perseguir las acciones de la camorra a raíz de un asesinato y el precio que tiene que pagar por ello. ¿Os suena?

La segunda fue Anni facili (1953), un reflejo de lo que José Afonso llamó "papelada no vaivém dos ministérios" con sus atajos, sus sobornos y sus cosas. Las típicas corruptelas a las que nuestros queridos políticos nos tienen tan acostumbrados por aquí.

Y la tercera, la más dura y la que más duele por el hecho de identificar en ella los peligros que puede conllevar la futura privatización de la sanidad fue Bisturi, la mafia bianca (1973).

Pues eso, que me han gustado las tres y me han servido para constatar que no hemos avanzado nada.