sábado, 6 de diciembre de 2014

Provocado por The Good Wife

¿Por qué estoy tan enganchado a The Good Wife? Me lo pregunté cuando ya me había tragado casi sin darme cuenta tres temporadas. Por aquel entonces ya había alcanzado varias veces el nivel de enganche Breaking Bad, consistente en limitar tus actividades diarias a tres: comer, ver la serie y dormir.

Mi respuesta a esa pregunta que me he hecho varias veces desde que empecé a ver la serie ha ido evolucionando igual que lo ha hecho la serie misma. Lo que me enganchó al principio fue el ritmo trepidante y el montaje magistral y el guión. The Good Wife te recuerda desde el primer capítulo a dos cosas: Ally McBeal y el caso de la becaria de Clinton (lo que Nacho Cano llamó en su día el asunto más famoso del mundo después de Jesucristo). Hay guiños a las dos cosas.

Da la impresión de que la serie ha ido tomándose en serio a sí misma, ha ido abandonando poco a poco la sobriedad aparente y la modestia inicial para mostrar su intención de convertirse en una de las grandes series de la década mediante el creciente protagonismo otorgado por ejemplo a la música y creo que esto merece una mención especial: el uso de los ruidos, los silencios y la música se ha ido convirtiendo en una seña de identidad de la serie. La sintonía de The Good Wife, limitada a tres o cuatro notas musicales, se muestra tras unos minutos de introducción al capítulo sobre unas fotos de la protagonista en blanco y negro con una estética que recuerda a las fotos impresas en revistas. Ignoro si hay precedentes de series que hayan llegado a suprimir su sintonía en varios capítulos si la emoción precedente lo requería.  

La serie te sigue enganchando por los guiones, la evolución de los personajes, la aparición-rescate de actores como Michael J. Fox, Kyle MacLachlan (Twin Peaks, Blue Velvet) Mathew Goode (Match Point), Jill Hennessy (Crossing Jordan), Pam Grier (Jackie Brown), Dylan Baker (Happiness) o Amanda Peet (Falsas Apariencias). Estoy terminando la quinta temporada y creo que vería sin cansarme veinte temporadas más si las hubiera. 

viernes, 17 de octubre de 2014

Provocado por Los Pájaros

Estoy viendo estos días varias películas de Alfred Hitchcock, no voy a ponerme a glosar aquí sus virtudes como director porque todo el mundo las conoce (y quien no las conozca ya está tardando).

La banda sonora de "Los Pájaros" carece casi por completo de música. No hay música en los títulos de crédito del principio ni en los del final (de hecho no hay final, no hay rótulo de "The End" como tal), sólo graznidos (unos auténticos y sintetizados otros) a excepción de una canción tradicional infantil que cantan los niños en clase mientras se amontonan en el patio de la escuela los cuervos y del "Arabesque" de Claude Debussy que interpreta Tippi Hedren al piano (ignoro si realmente toca ella o sólo lo simula) y es este tema el motivo de la presente entrada. Porque me sonaba mucho y no sabía de qué. Y a los pocos segundos me acordé: era la sintonía de Planeta Imaginario:  

https://www.youtube.com/watch?v=6hWfpHVLnWI

Flipante versión de Isao Tomita para abrir un programa de los de esa televisión pública que tanto añoramos y que se parece tan poco a la actual.


Gracias al siguiente blog por chivarme el título de la canción:

http://paraquenomeolvide2.blogspot.com.es/2013/12/arabesco-que-suena-terror-puro.html

domingo, 7 de septiembre de 2014

Provocado por Treme

Tengo ese sentimiento de pérdida, esa pena que te entra cuando acabas de ver una serie que te hubiera gustado que durase diez o doce temporadas más, esa envidia de los canales yanquis (de HBO especialmente) por tener la capacidad de producir series tan bonitas y tan bien hechas. Como cuando acabas de ver Los Soprano y sueñas con Tony saliendo por la mañana a buscar el periódico mirando de reojo. Al principio devoras los capítulos, ves dos o tres al día pero cuando te acercas al final de la serie bajas el ritmo porque quieres alargar ese placer visual y sonoro que supone el ver una serie hecha con buen gusto, con cariño y tiempo y medios.

Podríamos copiar la idea y hacer una parecida por aquí que hablase de la música gallega por ejemplo o del flamenco o de lo que fuera pero algo así, algo opuesto a lo que se dedican a hacer las cadenas privadas por aquí. Podríamos, pero nadie lo hace.

miércoles, 2 de julio de 2014

Provocado por los sueños recurrentes



A lo mejor hacía veinte años que no soñaba con ella y en una semana ha aparecido dos veces en mis pesadillas (el primer sueño sin duda lo fue, del segundo no recuerdo mucho pero creo que fue un poco más placentero). Hace casi veinte años pensaba en ella todos los días y antes de dormirme seguramente era su rostro la última imagen que tenía en mente. Y pienso en cómo sería quedar algún día para tomar un café los dos, algo que creo que nunca hicimos hace veinte años. Ella me contaría las cosas que yo sé que le han pasado o a lo mejor no, si no le apetece no y yo tampoco sacaría esos temas delicados, o puede que sí.

Recuerdo que una vez escribí en Sant Jordi algo pensando en ella y Assumpta, nuestra profesora de inglés -y la mejor profesora en general que he tenido en mi vida-, dijo después de que se supiera que yo había ganado un premio, el segundo creo recordar, que se había emocionado leyéndolo. Yo no me lo creí pero atando cabos es posible que fuera muy evidente lo mío: la corrección simultánea de las dos libretas -la suya y la mía- de los deberes el día en el que ella hizo campana para ir a ver cómo entrenaba el Barça estando yo sentado en primera fila justo delante de Assumpta o cuando nos pilló sentados en el suelo de un pasillo poco concurrido del colegio (ahora mismo sería incapaz de encontrarlo) repasando a última hora para un examen, de hecho exclamó "¡os pillé!". Todas esas cosas le habían puesto sobre aviso y supongo que mi historia confirmó sus sospechas y le pareció bonito.

Recuerdo muchas risas, muchos momentos que son refugios a los que volver de vez en cuando para resguardarse de la realidad presente. Los amores jamás correspondidos son los mejores porque no tienen oportunidad de decepcionarte y su recuerdo siempre es más agradecido.


lunes, 16 de junio de 2014

Provocado por Boardwalk Empire

La serie que más me ha gustado últimamente es Boardwalk Empire. Por la trama, la evolución de los personajes, los decorados, la iluminación, los travellings, el vestuario, los distintos acentos de los actores pero sobre todo por la música. Especialmente en la cuarta temporada las canciones adquieren un protagonismo tal que parecen un personaje más.

Uno ve las comedias (como Dos hombres y medio por ejemplo) con cierta predisposición a reírse pero no espera mucho más que sonrisas cuando está delante de un dramón mafioso y sin embargo hay un momento impagable en esta serie: el alcalde de Atlantic City hace una declaración a las puertas del ayuntamiento (o el parlamento o el edificio oficial que fuese), con la correspondiente nube de periodistas colocados ante él en semicírculo en las escaleras, para dejar claro que quien manda en la ciudad es él. Ante tal afirmación, a todas luces falsa puesto que todo el mundo sabe que él es una marioneta de Nucky Thompson (el mafioso que controla el casino, el contrabando de alcohol y otros negocios oscuros), los periodistas empiezan a reírse a carcajadas tras un par de segundos magistrales de silencio que permiten que sea el espectador el que empiece a reírse también y se una a ellos en el reconocimiento de la patraña que intenta venderles el alcalde.

lunes, 12 de mayo de 2014

Provocado por la Patri

Estábamos en clase haciendo dibujitos, mirando por la ventana, pasando papeles por debajo de la mesa, alguno habría escuchando la lección. Se abrió la puerta: nos visitaba la hermana Josefa, una visita sorpresa. Entró en el aula y las expresiones de admiración explotaron en revuelo considerable, seguro que hubo aplausos también. Era la monja que mejor cantaba y no nos habíamos tomado muy bien unos años antes su inesperado traslado a otro colegio. Creo recordar que hubo dos chicas que se emocionaron, pero ella especialmente, pasaban los minutos y ella seguía llorando sin consuelo posible. Algunos se reían de ver cómo lloraba, de qué manera tan intensa y constante. Al final la señorita Elena dijo que si en una clase había una sola persona que reaccionaba así ante la visita de una antigua profesora, sólo por eso valía la pena dedicarse a ese oficio, se acercó a ella y la abrazó.

domingo, 27 de abril de 2014

Provocado por la teoría de la canción número cinco (o seis)

Dragoncete tiene la teoría de que la quinta canción de un disco (o la sexta en algún caso, puede que haya incluso algún ejemplo en el que sea la cuarta) es la buena o la mejor, la que hace que salgas corriendo a la tienda a comprarte el disco (para quien todavía haga eso que suena tan antiguo ya). Con un poco de suerte habrá más de una buena en un disco pero si tiene que haber sólo una, será la número cinco.

Últimamente he vuelto a comprobar que la teoría es cierta en estos ejemplos de los discos patrios publicados en los últimos meses:

- "Descargas eléctricas" de "El Rinoceronte", el disco de retorno de Elefantes (¡qué alegría nos habéis dado chicos!).
- "Universos paralelos" de "Bailar en la cueva", el disco más bailable de Jorge Drexler desde "Sea". Vale, Jorge es uruguayo pero bueno, como si fuera de Malasaña de toda la vida.
- "Afuera en la ciudad" de "Pólvora", el último y maravilloso disco de Leiva. Aunque en este caso no hay ni una mala o sea que la teoría se iba a cumplir sí o sí.

Pues eso Dani, que tu teoría es cierta, no cabe duda.

sábado, 22 de febrero de 2014

Provocado por la melancolía

Por una serie de motivos que no vienen al caso estoy más melancólico de lo habitual (pero la de Van Morrison, no la de Lars Von Trier ni mucho menos la de Camilo). Y me acuerdo de gente que se fue antes de tiempo y de situaciones que me hubiera gustado que durasen más o que se repitieran más a menudo. Y supongo que leer a Carlos Castán y escuchar a Tom Waits no ayuda a salir de este punto pero sin duda mejora el tiempo que tenga que estar en él. Y recordar este manifiesto también lo mejora:

http://averiayredencion.wordpress.com/biografia/peleando-a-la-contra/