El sueño más fuerte
Poco antes de las cinco de la tarde se adivina la silueta de Quique tras los cristales tintados de una Ford Transit azul, Javi baja en la puerta del recinto y se presenta como el guitarrista que viene a hacer la prueba de sonido. Se encuentran ya en la recta final de la gira y el cansancio ha hecho mella en los rostros y las fuerzas de los componentes del grupo pero su ilusión por ver las caras del público de hoy es más fuerte que el sueño. Tras la prueba parece que todo está en su sitio, que todo va a salir bien; ahora se trata de relajarse un poco y concentrarse, calentar los dedos y la voz, repasar acordes y mantener los nervios donde tienen que estar.
Antes del concierto, en la parte de atrás del escenario los cuatro músicos forman un círculo abrazados como si fueran un equipo de baloncesto y comentan entre risas tal vez algún detalle de los temas que tocarán esta tarde o el ambiente que se respira y su percepción acerca de la predisposición del público a escuchar, disfrutar y sentir lo que ellos van a transmitirle en breves instantes. Jacob y Karlos miran a Quique y él asiente con la cabeza, ha llegado el momento de encender los faros y ajustar los retrovisores del teclado.
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