lunes, 16 de junio de 2014

Provocado por Boardwalk Empire

La serie que más me ha gustado últimamente es Boardwalk Empire. Por la trama, la evolución de los personajes, los decorados, la iluminación, los travellings, el vestuario, los distintos acentos de los actores pero sobre todo por la música. Especialmente en la cuarta temporada las canciones adquieren un protagonismo tal que parecen un personaje más.

Uno ve las comedias (como Dos hombres y medio por ejemplo) con cierta predisposición a reírse pero no espera mucho más que sonrisas cuando está delante de un dramón mafioso y sin embargo hay un momento impagable en esta serie: el alcalde de Atlantic City hace una declaración a las puertas del ayuntamiento (o el parlamento o el edificio oficial que fuese), con la correspondiente nube de periodistas colocados ante él en semicírculo en las escaleras, para dejar claro que quien manda en la ciudad es él. Ante tal afirmación, a todas luces falsa puesto que todo el mundo sabe que él es una marioneta de Nucky Thompson (el mafioso que controla el casino, el contrabando de alcohol y otros negocios oscuros), los periodistas empiezan a reírse a carcajadas tras un par de segundos magistrales de silencio que permiten que sea el espectador el que empiece a reírse también y se una a ellos en el reconocimiento de la patraña que intenta venderles el alcalde.