lunes, 3 de septiembre de 2012

Provocado por el cierre de la carnicería


Crudas tardes,

En el último escobazo, el poder ha echado el cierre a la carnicería de Radio 3. "Carne Cruda", el programa dirigido por Javier Gallego que en sus tres años de vida ha conseguido meterse en las entrañas de sus oyentes de tal modo que su eliminación nos ha dejado un sentimiento de orfandad únicamente comparable al que dejó en mí la patada en el trasero a "Diálogos 3". De hecho ambos despidos han sido bastante similares: sin avisar, por la puerta de servicio, sin dar siquiera la oportunidad a sus directores de despedirse en antena. La diferencia es que cuando la que había sido compañera suya en los inicios del programa echó a Ramón Trecet, una vez convertida aquella chica de voz tan dulce y melosa en directora de Radio 3, no existía Twitter y no supimos cómo reaccionar. Ahora que resuenan en nuestras tripas esas melodías combativas de casquería sonora, ahora que no podemos escucharlas en su horario habitual, sin carne fresca ya, como producto que no se considera básico según la última subida del IVA, tendremos que conformarnos con escuchar los filetes congelados, auténticos secretos podcasteados, entrecots jugosos como la antológica entrevista que le hizo Javier a Albert Pla, o la que hizo a Lolo Rico o a El Roto o a Chavela Vargas apenas un par de semanas antes de su muerte. A estas horas tendríamos que estar escuchando las aventuras de Kurt y Courtney o disfrutar de algún abordaje tuerto. Pero la crítica molesta al poder y lógicamente no se va a promover desde dentro. Será un procedimiento lógico pero es también asqueroso y enfermizo.  

Dicen que Cristina Cifuentes tiene una lista preparada por ahí de unas mil personas que están metidas en todos los follones y que le resultan molestas (para ella serán antisistema o terroristas o cualquier cosa). Cris, guapa, no te olvides de mí, anda!