martes, 6 de diciembre de 2011

Provocado por las Apps


Hay aplicaciones que te cambian la vida. No es una exageración. Los que no sufren del mal del despiste no saben lo que es pasarse días enteros buscando un número de teléfono en un trozo de papel guardado en el bolsillo de una chaqueta, una dirección de e-mail, el nombre de un disco apuntado en la esquina de alguna libreta... Todo eso se acabó gracias a Evernote (o cualquier otra aplicación que haga lo mismo y cuya existencia desconozca). Se acabó lo de apuntarse algo en un txt, grabarlo en un pendrive y luego pasarlo a un word, la nube está a punto de sustituir la frase "ya te pasaré las fotos" por "ya tienes acceso a la carpeta en la que se han colgado automáticamente las fotos" o algo así.  

Algunas aplicaciones convierten tu móvil en un sintetizador: Caustic

Otras en un lienzo: Sketch Book Mobile Express

También hay aplicaciones absurdas que imitan el sonido y las luces de una sirena de policía, o de una cacerolada, especialmente imaginativa la denominada "El cojín flatulento"; aunque de esto sabe muchísimo más que yo @ricardollavador. Como decían en una película cuyo título no recuerdo: "no hay nada más necesario que lo superfluo".  

Hay aplicaciones que son una obra de arte en sí mismas:

- El último disco de Bjork: Biophilia

- Este comic musical/película de animación: www.elcomicmusical.com

Por otra parte hay charlas que son una obra de arte en sí mismas. Tuve la suerte de ver en directo este espectáculo de ponencia y descubrir a este personaje con el que (sin saberlo) había coincidido la noche anterior en el concierto de Los Amigos Invisibles: